Quise compartir con ustedes esta breve historia que rima. Nació mientras me esforzaba en pensar en un destino benévolo; que nos abraza y conduce al mejor puerto.

Mientras hacía este ejercicio optimista con gran esfuerzo recordé que las brisas que nos conducen y salvan si existen, y están presentes en los pequeños eventos de nuestras historias personales. 

Me gustaría saber que piensan ustedes.

Un abrazo.


Las hormigas y el buen viento



Una hoja

rota

se soltó del tallo.


A bordo de la hoja

iban dos hormigas amigas

conversando.


Mientras caían gritaban:

“¡Estamos volando!”.


Y con los ojos cerrados

cayeron en las aguas planeando.


La hoja flotaba girando,

fuertemente,

sobre el transparente lago.


Una hormiga tomó la punta de la hoja

y la otra,

cual timón,

la parte rota del tallo.


La hoja dejó de girar

y empezó a flotar

con la punta mirando,

tranquilamente, a la otra orilla del lago.


Aliviadas las hormigas dijeron cantando:

“¡Vamos navegando!”.


Con el viento resoplando

la hoja siguió surcando,

las limpias aguas

como un pequeño barco.


Las hormigas olvidaron el sol

por un momento,

y el cansancio.


Veían alegres como se acercaban a la orilla flotando.

Dijeron, entonces, celebrando:

"¡Nos estamos acercando! ".


Ya cerca a la orilla,

tomadas del tallo,

sintieron la suave brisa silbando .

¡Era el viento mismo saludando!


Las aguas 

besaron la orilla del lago.

La hoja sobre la tierra

se depositó encallando;

y las hormigas contentas exclamaron:

“¡A ir desembarcando!”.


Dejaron la hoja de un salto.


Iban a pasar el día trabajando .

Habían planeado

caminar desde temprano para bordear el lago;

pero la hoja, el viento y el agua

las habían ayudado .


Felices subieron por la corteza de un árbol.

Subieron alegres y cantando:

"¡Qué pronto hemos llegado! ".


Renzo Polo